Sin embargo, debemos tenerlo claro, la pareja perfecta en realidad es aquella capaz de resolver los problemas a través del respeto, del compromiso y de la estabilidad. Es no coincidir en todo, pero disponer de unos mismos valores donde trabajar en conjunto, por un mismo proyecto aceptando las diferencias.

Compromiso: el tercer paso requiere de la habilidad de ultrapasar y, trabajar para ultrapasar, los malos entendidos y sus angustias con el fin de estar juntos. Esta es la etapa de madurez de la relación donde la clave está en creer en lo mejor de la otra persona sin estigmas, prejuicios ni motivaciones negativas.

La resolución de este punto está muy ligada al primero; es decir, necesitamos trabajarnos y cuidarnos a nosotros mismos para no caer en la “necesidad”

Cuando esto ocurra, no debemos dudarlo: hay que hacer lo posible para que perdure, para que no se escape y ser así bailarines eternos en la pista de las relaciones felices.

La paciencia es clave en el amor verdadero. Reconocer que cada persona tiene sus tiempos, procesos y momentos de vulnerabilidad contribuye a construir una relación sólida y duradera.

Si un miembro de la pareja veta una parte del otro, es hora de decir adiós y dejar marchar. Debemos ser capaces de restablecer prioridades, de salvaguardar nuestra dignidad.

Los que saben qué es amar no dependen de la persona amada, ni permiten que ella dependa de ellos. Amar implica siempre crear un espacio de libertad para ambos, sin exigencias ni sacrificios.

Independencia: El amor verdadero permite a cada individuo tener su propio espacio y crecer como persona. Esta independencia equilibra la intimidad y la individualidad en la relación.

La sorpresa, la intriga, el desconcierto… De pronto damos con alguien que nos atrae por muchos más aspectos música para el amor que la mera apariencia. Hay una conexión temprana que rompe todos los patrones que hasta el momento habíamos vivido. Esa complicidad casi inmediata nos atrae y nos inquieta.

Pasión: es el primer paso y se trata de la atracción física y sexual por otra persona. Aumenta la secreción de las feromonas y se create lo que popularmente se llama la electricidad o la química del amor o la magia del amor. Se caracteriza también por la obsesión por la reciprocidad de los sentimientos.

Es importante comprender que el amor verdadero requiere trabajo y compromiso por parte de ambas personas involucradas.

¿Qué reflexiones psicológicas se pueden hacer acerca del amor verdadero y su impacto en el bienestar emocional?

Quieréme cuando menos lo merezca: la importancia de brindar amor en los momentos de mayor necesidad

Apoyo: Apoyarse mutuamente en las buenas y en las malas es un signo de amor verdadero. Este apoyo incondicional puede ser emocional, físico o incluso financiero.